Si el antiguo portero ha quedado obsoleto y hay que sustituirlo por
uno nuevo, la comunidad tiene que abordar el problema sin que nadie se
pueda oponer, puesto que forma parte del mantenimiento de su propiedad.
Luego, el hecho de que se elija portero o videoportero es una cuestión que se tiene que debatir en la junta de propietarios teniendo en cuenta que la placa de la calle y el cableado son costes comunes, mientras que el teléfono o monitor de cada vivienda es elección y pago de cada propietario.
Cada vecino puede elegir si prefiere teléfono o monitor, según sus necesidades. La única decisión en la que tienen que ponerse de acuerdo es la de instalar la placa con cámara y revisar el cableado. A partir de ahí, la elección de cada vivienda es independiente. Cualquiera puede incluso poner ahora teléfono y más adelante, si cambia de opinión, pasarse al vídeo.